La pregunta del millón.
Estaba embarazada de mi bebé cuando cada dos por tres me hacían esta intrépida pregunta. ¿Cómo se atreven? A mí, que me conocen, que saben que mis gatos son mi familia, son como hijos… ¡hacerme esa clase de pregunta! Es más, antes de quedarme embarazada también tuve que oírla. ¡Manda narices!.
«Es que mi hermana dejó al gato con su suegra durante el embarazo«, «Es que he oído que los gatos no pueden estar con mujeres embarazadas”, pero, quién ¿quién lo dice?, y ¿por qué?
Y como en otras muchas situaciones, el problema es la falta de información.
Pues bien, os cuento. Existe una enfermedad llamada toxoplasmosis. La toxoplasmosis es una enfermedad infecciosa, originada por un parásito llamado Toxoplasma gondii, y que puede causar problemas graves en el feto si una mujer embarazada se contagia. Se transmite de animales a humanos a través de diferentes vías de contagio. Las más comunes son la carne mal cocinada y la verdura y fruta mal lavadas.
Estos parásitos se encuentran sobre todo en la tierra. La enfermedad la suelen transmitir los roedores o pájaros, también pudiéndose infectar las personas que trabajan en jardines o tierras de cosecha.
Y ¿qué pinta nuestro peludo en todo esto?
Los gatos son el huesped definitivo para este parásito, es decir, el gato es el único animal en el que este parásito incuba sus huevos (ooquistes).
Si nuestro gato, sale a cazar roedores o pájaros el parásito utiliza al gato para incubar sus ooquistes. Pero si nuestro gato no caza ni come animales vivos, ni le damos comida cruda o poco hecha, sino que se alimenta de pienso, fin del problema.
Aún así supongamos que tenemos la mala suerte de que nuestro gato ha sido infectado con el parásito. Éste lo incuba durante un período de entre 3 y 20 días, y durante un mes, lo expulsa en las heces. Para que estas heces sean infecciosas, deberían estar expuestas alrededor de 24-48 horas. Si limpiamos las heces de los gatos a diario, es improbable que lleguen a ser infecciosas. Además, para contagiarte necesitas tocar las heces con las manos y llevártelas a la boca. Algo que yo personalmente no acostumbro a hacer.
Si prefieres estar segura de que no tienes la toxoplasmosis, puedes hacerte un test. Si ya la has pasado en algún momento de tu vida, ya eres inmune y no te vuelves a contagiar. Al gato también se le pueden hacer las pruebas.
Cualquier persona puede tener esta enfermedad y suele pasar desapercibida como un resfriado así que lo más probable es que no sepas si estás inmunizada hasta hacerte el test.
Por precaución puedes limpiar con guantes el arenero de tu gato, o decirle a alguien que lo haga por ti, aunque repito, si tu gato come pienso y no sale a la calle, ¡NO PASA NADA!
Puedes seguir besando, acariciando, achuchando y queriendo a tu gato. Duerme con él, ponlo sobre tu tripita, y aprovecha al máximo su compañía en esta etapa tan bonita.
¡POR UN EMBARAZO CON GATOS!
Adhara Caño.