La Chlamydophila felis es una bacteria altamente contagiosa, causante de la Clamidiosis felina, que afecta principalmente a los ojos y al tracto respiratorio superior del felino.

Se estima que cerca del 30% de los diagnósticos de conjuntivitis felina están relacionados con la Clamidiosis.

Los síntomas pueden aparecer en uno o en ambos ojos y suelen ser:

  • Lagrimeo constantemente.
  • Enrojecimiento e inflamación del tercer párpado.
  • Fiebre.
  • Cansancio.
  • Pérdida de apetito y de peso
  • Si la enfermedad no es tratada comienza la segregación de pus y el gato se vuelve vulnerable a la formación de úlceras alrededor de los ojos y en las córneas, además de edema conjuntivo.
  • En casos más avanzados, el sistema respiratorio puede verse comprometido. El felino afectado puede presentar secreción nasal y estornudos constantes, que generalmente son ocasionados por un cuadro de rinitis. No obstante, pocas veces la infección alcanza los pulmones, siendo muy raras las lesiones pulmonares por Clamidiosis.

Recuerda que si adviertes alguno de estos síntomas debes acudir a un centro veterinario, la rapidez es muy importante. Cuanto más avance la enfermedad, peor puede ser el pronóstico de la misma.

 

Todos los gatos pueden sufrir Clamidiosis.

Se transmite a través de las secreciones nasales y oculares de los gatos infectados por lo que es más frecuente en lugares donde los gatos conviven juntos.

 

El tratamiento variará dependiendo de cada gato y el punto en el que se encuentre la enfermedad, aunque generalmente siempre se utilizará tratamiento antibiótico. Pueden ser inyectados, recetados vía oral, intravenosa o por medio de colirios (gotas oculares).

Aun tomando los antibióticos, los gatos afectados pueden presentar secreción ocular y/o nasal durante un tiempo. Por ello, será importante limpiarles diariamente los ojos y la nariz.

 

Siempre habrá que seguir las indicaciones de un veterinario.